El aspecto del salpicadero y, en general, de todo el habitáculo, es prácticamente un calco del EQS. De serie hay dos pantallas, una de 12,3 pulgadas para la instrumentación y otra de 12,8 pulgadas para el sistema multimedia. Esta última es la misma empleada para el Clase S y como en este, nos ha parecido que tiene un funcionamiento soberbio: tiene una resolución sobresaliente, se ve muy bien en todo tipo de condiciones de luz y reacciona con rapidez al toque con los dedos (tiene función «háptica», que siempre supone una ayuda).
La parte negativa es que casi todas las funciones del vehículo se aglutinan en la misma y, aunque tiene unos menús muy bien estructurados, es necesario pasar por un periodo de aprendizaje más o menos largo para controlar las que son más habituales. Afortunadamente, cuenta con un sistema de reconocimiento de órdenes vocales que igualmente funciona muy bien (no recuerdo uno mejor) y que ayuda a activar o desactivar funciones mediante un lenguaje natural (por ejemplo, se puede subir la temperatura del habitáculo diciendo «tengo frío» o activar el navegador diciendo «quiero ir a la Calle Bravo Murillo de Madrid»).
Bajo la pantalla hay una serie de botones físicos que dan acceso al menú de los modos de conducción, al de la gestión de la energía eléctrica (carga de la batería, autonomía, consumo y demás), al sistema de cámaras perimetrales y a algunas funciones del sistema de sonido (encendido y apagado o volumen). Además también hay un sistema de reconocimiento de huella dactilar que permite a los usuarios registrarse para tener acceso a su perfil personal, donde puede guardar, por ejemplo, los ajustes de los asientos, volante y espejos y además acceder a información personal como la agenda o los últimos destinos del navegador.
En una fecha aún por determinar, Mercedes-Benz ofrecerá de manera opcional el sistema Hyperscreen para las versiones no AMG del EQE, con el que la pantalla del sistema multimedia es aún más grande y además se añade una adicional frente al asiento del pasajero (imagen). Desde esta última se pueden consultar algunos datos relativos al vehículo, realizar ajustes en el sistema de sonido o buscar un destino en el navegador, entre otros. Es un sistema tremendamente llamativo, de eso no hay duda, pero el de serie no es precisamente discreto y su funcionamiento es igualmente satisfactorio. Además, su precio es muy alto (en la versión AMG, la única que lo puede tener por ahora, cuesta 8700 euros)
La pantalla que hace las veces de instrumentación tiene la misma calidad que la del sistema multimedia (es decir, realmente buena) y tiene un buen grado de personalización de la información, además de varios «temas» con los que cambian los colores y la forma de mostrar los datos. No tiene una cubierta por encima, pero no la he echado en falta en ningún momento, incluso cuando la luz solar estaba incidiendo directamente sobre ella.
El puesto de conducción es bueno, con un asiento que puede ir cerca del suelo, con la mayoría de los mandos próximos a la mano y con una buena visibilidad hacia delante y hacia los laterales (hacia atrás es bastante peor). Eso sí, tiene dos aspectos que, en función de la estatura del conductor y la posición que este adopte al volante, pueden resultar un poco molestos: el reposabrazos que hay entre los dos asientos delanteros es muy voluminoso y, en ciertas maniobras, puede chocar con el codo; y la instrumentación tiene una pantalla tan grande que queda parcialmente tapada por el aro del volante, especialmente los extremos de la misma (imagen).
El acceso a las plazas posteriores no es demasiado complejo porque la puerta libera un hueco grande. Eso sí, es necesario agachar la cabeza más de lo normal para no golpearla contra el marco, pues el techo describe una curvatura claramente descendente en esa zona. Una vez dentro, en el EQE hay muchísimo espacio para las piernas (hemos medido 78 centímetros, solo uno menos que en el EQS) y poco para la cabeza (92 cm, suficiente para que se puedan acomodar personas de poco más de 180 cm de altura). La anchura entre puertas es normal, de 145 centímetros, pero no es suficiente para que tres personas puedan viajar cómodamente (como en todas sus alternativas). Además, el asiento central tiene un mullido mucho más duro que no invita a pasar mucho tiempo ahí. Mediciones del interior.
Los ocupantes de estas plazas tienen a su disposición un climatizador de dos zonas independiente del de la parte delantera (imagen), un par de tomas USB de tipo C y los habituales huecos para depositar objetos, revistas o demás enseres (en las puertas, tras los asientos delanteros y en el reposabrazos central). Los asientos de los extremos pueden ir calefactados si se pide la opción correspondiente (imagen).
El maletero del EQE es pequeño en relación con el tamaño de su carrocería (imagen). Tiene solo 430 litros de capacidad, un volumen inferior al de casi todos sus rivales (únicamente es menor el del Hyundai IONIQ 6), como se puede consultar en este listado comparativo. También es claramente más pequeño que el del Clase E, otra berlina de Mercedes-Benz de tamaño similar (mide un centímetro menos de largo), que tiene 540 litros. Cifras aparte, lo cierto es que es un maletero de formas más o menos regulares y, por lo tanto, es fácil de aprovechar. Bajo el piso hay un pequeño doble fondo donde se pueden guardar, por ejemplo, los cables de recarga (imagen). La tapa con la que se accede al mismo libera un hueco más bien grande (aunque inferior al de un portón, lógicamente) y tiene apertura y cierre automatizados.
Por calidad de acabados y nivel de detalle hemos tenido la misma impresión que en el EQS (y también en el Clase S). Por norma general, el EQE causa una muy buena sensación (hay madera auténtica para algunas molduras, piel de calidad y superficies con un tacto fabuloso), pero hay detalles que desentonan en un coche de este tipo y precio. Ocurre, por ejemplo, con los mandos que hay en las puertas y que sirven para controlar las memorias de los asientos y activar o desactivar la climatización de los mismos (se hunden de manera notable al presionarlos; imagen), las molduras de color negro piano que hay entre los dos asientos delanteros (como hemos comentado muchas veces, duran limpias muy poco y se rayan con facilidad; imagen) o las propias manetas de apertura de puertas exteriores (son de plástico y tienen un tacto más bien malo; imagen).
Como en el EQS, para el climatizador del EQE hay disponible un filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air) que, según Mercedes-Benz, retiene el polvo fino, las micropartículas y el polen, además de reducir la concentración de dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno y los olores que llegan al habitáculo.