El motor eléctrico del Peugeot e-2008 emite un pitido agudo poco agradable a cargas medias. No lo hace siempre, pero sí en muchas ocasiones y es algo que no sucede en alternativas como el Hyundai Kona Eléctrico y el Volvo EX40. Tiene la respuesta rápida al acelerador habitual de los motores de su clase y esta se puede modular mediante el mando de modos de conducción, que permite elegir entre tres ajustes: Eco, Normal y Sport.
Hemos probado el e-2008 de 156 CV y, de acuerdo con nuestro instrumento de medición, tarda 9,0 segundos en pasar de 40 a 120 km/h. Son dos segundos menos de lo que necesita el e-2008 de 136 CV (este motor lo probamos en un e-2008 anterior al restyling; más información). También es más rápido que un Honda e:Ny1 de 204 CV (9,2 s) y un Seres 3 de 163 CV (11,5 s). Tabla comparativa de prestaciones. No disponemos de mediciones del Hyundai Kona Eléctrico de 156 CV, solo del que tiene 218 que es, incuestionablemente, más rápido (7,1 s).
Es fácil acostumbrarse al tacto del pedal del freno, que resulta un tanto blandengue durante la primera parte de su recorrido. El equipo de frenos detiene al coche en muy pocos metros —120 a 0 km/h en 49,9 metros; neumáticos Continental EcoContact 6Q en medida 215/60 R17—, pero pierde efectividad de manera sensible tras tres o cuatro frenadas a fondo.
La frenada regenerativa tiene dos modos que se conmutan el mando de la transmisión (imagen). La posición normal es cuando se selecciona la D y para la de mayor intensidad hay que presionar en el botón que pone B. En modo B el coche efectivamente pierde velocidad a mayor ritmo, pero nunca llega a detenerse. Para ello es imprescindible pisar del pedal del freno. Es decir, el e-2008 no tiene un modo que permita una conducción pura de tipo pedal único.
La suspensión del e-2008 es firme y suficientemente cómoda. Como vehículo de uso diario convencional y familiar cumple, pero hay mejores alternativas para quien busque confort de marcha, no solo por parte de la suspensión, sino también del aislamiento acústico. El Hyundai Kona Eléctrico es una de ellas. El Hyundai además, es un poco más eficiente que el Peugeot y como tiene una batería más grande, también tiene más autonomía (más información en Consumo y recarga).
La cualidad dinámica más sobresaliente del e-2008 es la seguridad y estabilidad con la que reacciona cuando se marcha a ritmo alto o se hace un quiebro repentino para esquivar algo (vídeo de la maniobra de esquiva). Su agilidad en curva es superior a la media de su categoría. Es una sensación de dinamismo reforzada por un volante de pequeño diámetro, casi de juguete, con el que es posible meter mucho giro de dirección con poco movimiento de brazo. En cualquier caso, no es un prodigio en esta faceta ni un vehículo cuya conducción entusiasme.
La carrocería es relativamente estrecha para lo habitual de hoy en día. Mide 1775 milímetros de anchura, que son 15 menos que un Honda e:Ny1, 50 menos que un Kona Eléctrico y 88 menos que un Volvo EX40. Esta es una característica que se agradece mucho al estacionar en aparcamientos con poco espacio. Otra es que su diámetro de giro es pequeño, 10,4 metros entre bordillos, por los 10,6 del Hyundai y 11,6 del Honda. Una última característica que ayuda a facilitar la conducción en ciudad es el ya mencionado pequeño de pequeño tamaño.
El sistema de lectura de señales de tráfico y el de mantenimiento de carril se activan siempre que se arranca el coche, incluso aunque los hayamos desactivado en la conducción anterior (la legislación europea lo obliga). Afortunadamente, en el Peugeot e-2008 molestan menos que en otros vehículos, como en el Kona, y hay que dar menos pasos para desconectarlos. De todos modos, ninguno de los dos sistemas tiene un funcionamiento perfecto, lo que les resta utilidad. El de lectura de señales se equivoca, por ejemplo, con las indicaciones que hay en vías de servicio que discurren paralelas a la principal por la que circulamos nosotros y el de mantenimiento de carril es poco efectivo con curvas que no sea muy abiertas.